
Un leñador cubano junto a los arboles recién talados. (Foto: Raquel Pérez)
El periódico oficial Granma lanza un desesperado SOS para salvar los bosques de Cuba de los bandidos que los talan indiscriminadamente. Nos convoca a "evitar que esta reserva natural, enorme y hermosa, termine desapareciendo".
El problema de algunos periódicos es que a veces nos cuentan la mitad de la historia con la esperanza de que nos traguemos la pÃldora completa. No siempre surte efecto, la gente no es tonta y los cubanos en particular son muy estudiados.
Por supuesto que todos estamos en contra de las talas indiscriminadas de los bosques, sea en Cuba o en el Amazonas, la diferencia radica en que en Brasil el ciudadano va a una carpinterÃa y adquiere legalmente la madera que necesita.
En cambio aquà no existe ni una sola tienda donde comprar una sencilla tabla para arreglar la mesa del comedor o reponer una viga del techo de la vivienda. De tal forma que la única alternativa que le dejan a la gente es el mercado negro.
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Hay que reconocer que, desde el punto de vista legal y social, la ley de la vivienda fue mucho más pensada y trabajada que la de los vehÃculos, de cuyas incongruencias constitucionales ya hablamos bastante en un post anterior.
Es bueno que asà sea porque la situación de la vivienda repercute en la vida de muchas más personas. Los dueños de automóviles son una Ãnfima minorÃa mientras que el 84% de los cubanos son propietarios de sus casas y apartamentos.
Entre otras cosas la apertura traerá un poco de orden inmobiliario, al "blanquear" la compraventa se legalizarán cinco décadas de transacciones clandestinas y el dinero que se llevaban los funcionarios corruptos se convertirá en impuestos.
Contra todos los pronósticos, no se desató una furia ni nació un pujante mercado inmobiliario. La gente va con calma, es un terreno completamente nuevo y necesitan estudiar muy bien lo que harán porque casa, como madre, hay una sola.
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Jóvenes cubanos (Foto: Raquel Pérez)
Harold Cárdenas y Roberto González son dos jóvenes profesores universitarios de la provincia de Matanzas. Juntos crearon más interesantes de Cuba por el número de visitas, la juventud de sus seguidores y la independencia de criterio.
Hace unos dÃas, aprovechando un viaje a La Habana, me pidieron que les concediera una entrevista y opté por hacer una permuta, responderÃa sus preguntas a cambio de que ellos respondieran a las mÃas. Aceptaron de inmediato.
Tomando café en el fondo de mi casa, me cuenta Roberto que iniciaron el blog "para mostrar en la red una Cuba más real, que se identificara con lo que nosotros veÃamos, fuera de los extremos del negro o blanco. QuerÃamos participar del debate y dar nuestra opinión como jóvenes".
Harold dice que, tanto dentro como fuera de Cuba, surgieron "un montón de problemas pero sortearlos es lo que le da significado a lo que nosotros hacemos, es lo que nos ha reafirmado y también lo que más nos ha enseñado".
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Hace pocos dÃas leÃa un reportaje en el que explicaban que cuando ponen a la venta materiales de construcción en los rastros estos desaparecen en menos de 40 minutos, un dato que habla sobre la reales necesidades de los ciudadanos.
Lo cierto es que las cantidades que se entregan son escasas respecto a la creciente demanda de los cubanos. Miles de familias han emprendido obras desde que el gobierno autorizó a reparar, ampliar y construir casas con esfuerzo propio.
La venta liberada de materiales desató una fiebre constructiva. En La Habana no hay barrio donde no se vean viviendas en obras y es lógico, todos los hogares necesitaban ponerse al dÃa tras décadas de deterioro como consecuencia de las prohibiciones.
El Estado monopolizó la construcción de viviendas pero nunca estuvo a la altura de las necesidades a pesar de que levantó cientos de miles de apartamentos que fueron vendidos a precios subvencionados a los ciudadanos.
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