El misterioso Avram Grant, clave de futuro del Chelsea
, el nuevo entrenador israelí del , es uno de los personajes más misteriosos del mundo del fútbol: como dijo Churchill de Rusia, es un rompecabezas envuelto en un misterio dentro de un enigma.
Y recordamos lo de Churchill porque la conexión de Grant con Roman Abramovich, el propietario del Chelsea, se extiende a otros oligarcas vinculados con países que pertenecieron a la antigua Unión Soviética.
Todo indica que Grant es un hombre de enorme simpatía y capacidad para hacer amigos (y también enemigos, claro, porque algunos callos se pisan en el camino). Conoció a , el propietario del Chelsea, gracias a su amistad con el millonario uzbeco Lev Leviev, que financiaba proyectos futbolísticos en Israel, algunos de ellos por cuenta de Abramovich.
Según los datos aportados por el periodista israelí , Grant tiene una explicación muy sugestiva de su primer encuentro con Abramovich: al parecer, cenó con él, congeniaron y finalmente el millonario le pidió que eligiera un equipo para entrenar.
Grant creyó que era una cortesía y no contestó, pero después, cuando abordaba su automóvil, un secretario de Abramovich lo detuvo: “¿Estás loco, te ofrecen la oportunidad de tu vida y la dejas escapar?”
Como en uno de los cuentos de las Mil y Una Noches, Grant pidió ser entrenador de Hapoel Tel Aviv, pero esto finalmente no se concretó y surgió en cambio la posibilidad de abrirse paso en el fútbol inglés.
El problema, claro, es que en Inglaterra nadie lo conocía, de modo que debía entrar por la puerta de servicio, como director deportivo en vez de entrenador. Para lograrlo, Grant utilizó otro de sus contactos, el franco/ruso/israelí Alexandre Gaydamak, propietario del Portsmouth.
Harry Redknapp, el entrenador del Portsmouth, que temía lo peor, se salvó porque la relación entre Grant y Abramovich abrió otra posibilidad más atractiva para el israelí: la dirección deportiva del Chelsea.
Y ahora , a pesar de que Grant no posee la licencia profesional de la UEFA. Su habilitación es válida en Israel, pero no en torneos europeos, de modo que es posible que en el próximo compromiso del Chelsea en Liga de Campeones, la semana que viene ante el Valencia, deba sentarse en las plateas, dirigiendo a su equipo por telecomando.
El hombre no tiene las calificaciones de los profesionales que vemos habitualmente en el fútbol europeo, pero no carece de experiencia: desde 1986 ha dirigido sucesivamente a Hapoel Petah Tikva, Maccabi Tel Aviv, Hapoel Haifa, nuevamente Maccabi Tel Aviv, Maccabi Haifa y el seleccionado israelí durante cuatro años (2002/2006).
Su talento es reconocido por el mejor futbolista israelí, Yossi Benayoun, del Liverpool, quien está convencido de que triunfará en el Chelsea. Otro jugador israelí, Eyal Berkovich, cree en cambio que es un aventurero.
De lo que no cabe duda es que Grant tiene carácter: en pocas horas sofocó la resistencia de los mourinhistas en el vestuario, advirtiéndoles que si no les gustaba allí estaba la puerta. Y todos saben que Abramovich lo respalda.
Ayer, en un partido por la Copa Carling (de la liga) ante el Hull, un equipo de la segunda división, un Chelsea con muchos suplentes jugó bien y ganó 4 a 0. Este resultado contrasta con la derrota del Manchester United (0-2) ante el Coventry City, también de la segunda división.
Los observadores están convencidos de que el Chelsea pagará caro la elevación de Avram Grant. Creen que Abramovich se considera a sí mismo un experto en fútbol (después de todo, ¿qué diferencia hay entre jugar al fútbol y hacer dinero?) y quiere dirigir al equipo a través de su paniaguado.
El Valencia de Quique Sánchez Flores tomará las medidas del nuevo Chelsea el 3 de octubre.
Muchos dudan del carácter de Avram Grant, pero todos reconocen la arrolladora personalidad de su esposa, , una actriz y presentadora de televisión, famosa en Israel por haber bebido su propia orina durante un programa: “Sabe como el agua del Mar Muerto”, explicó a los televidentes.
Y ese es precisamente el sabor que José Mourinho tiene ahora en su paladar, tras la encerrona en la que también cree ver , a quien el Chelsea le extendió hace poco el contrato por cinco años, con un salario de 265.000 dólares semanales.
El contrato es una locura, tratándose de un zaguero de 27 años sobre cuyo estado físico a largo plazo existen serias dudas.
No importa, el capitán apoya ahora al nuevo entrenador.
¿Por qué será?
ComentariosAñada su comentario
Me sorprende mucho la actuación que se le presupone a John Terry. Tenía la certeza que el núcleo fuerte del vestuario eran un grupo de creyentes de la filosofía de Mourinho, incluso el capitán.
Frank Lampard, y Didier Drogba lo han confirmado, que John desertara no. Incluso habiendo contratos millonarios de por medio. A fin de cuentas, ya lo tenía antes, no tan grande.
P.D: Sobre la victoria de Chelsea por 4-0, mi valoración es que si un entrenador se supedita a lo que haga quién le mece la cuna (y el billetero), ni merece las culpas del descalabro, ni de los éxitos. Si Chelsea gana algo (escribo conocedor del 0-0 de hoy), habrá que reconocer Roman es un virtuoso en más cosas que el dinero. Si pierde, veremos movimiento de banquillos el próximo verano.