Boca y River creen odiarse, pero se necesitan
, . Apenas hay otra noticia en el panorama informativo argentino. En Mendoza, donde me encuentro por razones personales, Los Andes titula con , pero lo que más llama la atención en la portada es la foto del fútbol, con el título “El River del Cholo abrió paso a la ilusión”.
El Cholo es Diego Simeone, el flamante técnico de los Millonarios. Y la ilusión que da la victoria por 2 a 0 ante Gimnasia de Jujuy puede resultar prematura, ya que la crónica explica que el equipo, ante un rival muy inferior, “mostró errores de coordinación colectiva y sólo pudo marcar a través de dos jugadas de pelota detenida”.
A pesar del mediocre desempeño, River fue el único de los cinco grandes del fútbol argentino que triunfó el fin de semana, en la primera fecha del torneo Clausura. Boca empato 1 a 1 en campo de Rosario Central, y las cosas pintan mal para su nuevo técnico, Carlos Ischia: además de la hostilidad de Maradona, que puede resultarle fatal, su equipo fue superado claramente por los “canallas”.
Riquelme y Palacio, los dos mejores jugadores de Boca, durmieron la siesta durante casi todo el partido, pero bastó un segundo de lucidez de Riquelme para que enviara un pase de los suyos que Palacio convirtió.
El título en portada refleja las jerarquías en la perspectiva periodística del deporte argentino. Los Andes no destaca un resultado positivo de algún equipo mendocino en los diversos torneos nacionales porque la gran mayoría de sus lectores están más interesados en lo que ocurre con River y Boca, los dos grandes soles del universo futbolístico argentino.
Es un sistema binario, el del fútbol argentino.
Casi todos los aficionados, y muchísimos que no prestan atención al fútbol (que también los hay), tienen una posición firme en relación con estos equipos. Las posiciones básicas del fútbol, por supuesto, son de odio y amor.
Boca funciona en el sistema como los protones de un átomo, mientras que River es como los electrones. Los protones tienen carga eléctrica positiva y los electrones negativa, de modo que están destinados a encontrarse.
Bosteros y gallinas creen odiarse, pero la realidad es más interesante que eso. En realidad, se necesitan mutuamente. Cada uno de ellos se explica y justifica, en buena parte, por la existencia del otro.
Si los millonarios desaparecieran un día, “la mitad más uno” del país, los bosteros, debería llorar a moco tendido, porque junto con River desaparecería la motivación y el placer de la competición. Y lo mismo vale para los millonarios: más que enemigo, Boca es una necesidad de River.
Los clubes han adoptado la identidad que les da el estereotipo popular: se supone que los hinchas de Boca son ordinarios y los de River más refinados. Por supuesto que muchos bosteros son perfectos caballeros y muchos millonarios tienen modales de carreteros, pero en la mayoría de los casos se identifican con la personalidad que la imaginación popular da a sus clubes.
Los de Boca adoptaron el término “bosteros”, que los riverplatenses inventaron para ofenderlos, y ahora se enorgullecen de serlo. Los de River, a su vez, aceptan sin parpadear el mote de “gallinas” que le dieron los bosteros.
Casi todos los grupos, de amigos, compañeros de trabajo y hasta familiares, en cualquier punto de la geografía nacional, están polarizados entre Boca y River. En Mendoza, en reuniones con compañeros de colegio secundario, encontré que, sobre quince de ellos, seis eran hinchas de Boca, cinco de River, uno de Independiente de Avellaneda, uno de Independiente Rivadavia (equipo de Mendoza), uno de San Martín (también local) y otro “amigo de las bellas artes, no de las malas”.
Entre los jóvenes es posible encontrar más aficionados que mencionan en primer lugar a equipos locales (debido a la participación en torneos nacionales), pero en la mayoría de los casos también se identifican con uno u otro de los dos soles del universo futbolístico nacional.
En realidad, los argentinos son devotos de varios santos. Suelen seguir a un equipo en su provincia, a otro en los campeonatos de la AFA y a uno o dos en los diferentes torneos europeos, en particular España, Italia e Inglaterra.
Suponemos que en otros países latinoamericanos, en particular los más extensos, también se da esta variedad de lealtades, en contraste con una fidelidad más ceñida a los orígenes por parte de los aficionados europeos.
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Desde luego, esto sucede también en México donde Chivas y América son las caras de una misma moneda; el nacionalismo en Chivas por la singularidad de que sólo alinea mexicanos, además de la identificación total con las clases populares; por otra parte América representa el poder económico, con una poderosa legión de estrellas extranjeras con las que siempre ha apuntalado a sus equipos; hay otros grandes, desde luego, Cruz Azul y Pumas; pero la lucha entre "el Bien y el Mal" siempre ha sido representada acá por estas dos escuadras. ¿Qué sucede en los otros países latinoamericanos, quién es la antípoda de quién? Saludos. Buen artículo.
La sociedad trabaja asi. Me refiero a la sociedad en general, con sus diferentes intereses, clases, prejuicios, etc. Nos sentimos identificados, en el plano basico, con los equipos de nuestra infancia, de nuestra familia. Luego, adoptamos otras fidelidades, segun otros intereses. Pero creo que siempre persiste el primer amor.
acá en Venezuela hay cosas parecidas, con todos los deportes: en Futbol, por ejemplo, la rivalidad está partida entre Caracas FC (rojos) y Unión Atlético Maracaibo (UAM). Cánticos, la inevitable violencia en el futbol. Hay otros equipos con mas tradición pero con seguidores ya estables: Deportivo Táchira y Mineros. En beisbol, la rivalidad es entre Leones de Caracas y Navegantes de Valencia (con la aparición de un nuevo "retador", los Tigres de Aragua). En baloncesto, la rivalidad es un poco más pareja, entre Trotamundos de Carabobo, Guaiqueríes de Margarita, Gaiteros del Zulia y Guaiqueríes de Margarita...
Es la dualidad que esta presente siempre en nuestras vidas; el bien y el mal, el rico y el pobre, el blanco y el negro, el de arriba y el de abajo. Ahora, determinar cual es cual es muy subjetivo; incluso dentro de una misma familia y entre hermanos hay opiniones diferentes. Particularmente mis gustos son:
Argentina = River
Brasil = Corinthians
Mexico = Guadalajara (Las Chivas)
Inglaterra = Liverpool & Arsenal
España = Real Madrid
Italia = Roma & Milan
Chile = Colo Colo
Peru = Universitario
Uruguay = Nacional
Paraguay = Cerro Porteño
Bueno, en el Perú también sólo hay dos equipos que concentran la pasión por el fútbol, me refiero al Alianza Lima y la reserva de Alianza Lima