ѿý

Cartas desde Cuba
 
 
 
 
 
Viernes 16/11/07
 
 
 
 
 
 
Fernado Ravsberg


Fernando Ravsberg, Corresponsal de la ѿý en Cuba


Taxi
A los taxistas les han puesto sensores de peso en los asientos para detectar cuando llevan pasajeros, a pesar de lo cual los burlan y se quedan con el dinero del viaje.
Hace pocos días tenía el automóvil en el mecánico y tuve que tomar un taxi, le pregunté cuanto me cobraba y me dijo “depende, ¿quiere con taxímetro o lo arreglamos entre nosotros?”.

Acordamos un precio, “móntate adelante, mi socio, sino tengo que poner el taxímetro”. Enseguida me interesé en saber el porqué y me contó que les han puesto sensores de peso en todos los asientos “para detectar cuando montamos a alguien”.

Sin embargo, de alguna forma la astucia y creatividad cubanas lograron que el asiento delantero “no delate” al pasajero por lo que el dinero de todas las carreras en las que viaja una persona es para el chofer.

Pero el Estado sigue tratando de controlar sus vastas propiedades. El propio Fidel Castro anunció la instalación de GPS en todos los camiones del país para saber cuáles son las rutas que transitan.

“Es verdad que usamos los camiones para trabajos particulares pero deberían contar también que somos nosotros los que buscamos las piezas de repuesto (baterías, gomas, etc) que el Estado no tiene”, me comenta un chofer.

El negocio de los buses

Autobuses
Los chóferes de autobuses de los centros de trabajo utilizan los vehículos para viajes turísticos embolsándose las ganancias.
La mayor parte de los buses que se mueven en La Habana no son del transporte público sino que pertenecen a empresas que los usan dos veces al día para trasladar el personal desde y al centro de trabajo.

Estos buses son gratuitos así que para probar me monté en uno. Apenas subí el chofer me dijo “con la batalla de ideas por delante”, me quedé mirándolo sin entender a que venía la consigna política fidelista a esa hora de la mañana.

“Que pague”, me dice impaciente una persona que sube detrás de mí. Saque un peso y se lo entregué, no me devolvió nada ni se quejó de que fuera poco así que nunca supe cuanto es el valor del pasaje. Esa es una de las fuentes de ingreso de estos choferes pero no la única.

Averiguando por ahí me enteré de que los fines de semana hacen viajes turísticos para cubanos, van a Varadero, Trinidad o Viñales.

Un negocio redondo si se tiene en cuenta que el costo del autobús, su mantenimiento y el diesel que se gasta en el viaje lo paga el Estado mientras que todas las ganancias de los pasajes van al bolsillo del conductor.

Hace unos días fui a buscar a un familiar de mi esposa a la estación de buses interprovinciales, la encontré sofocada por el calor, hizo todo el viaje desde Pinar del Río en un bus completamente cerrado y sin aire acondicionado.

¿Estaba roto?, pregunté y me dijo que no, que el chofer de vez en cuando lo encendía para refrescar pero luego lo volvía a apagar “seguro para ahorrar petróleo que después puede revender en la calle”.

Las nuevas cooperativas

Panadería
Muchos negocios del estado se dedican a hacer trabajos particulares repartiéndose las ganancias. En las panaderías, por ejemplo, hacen galletas, dulces y tortas para vender en el mercado negro.
Cualquiera podría pensar que el transporte se le fue de las manos al gobierno y no estaría lejos de la verdad pero se quedaría a medio camino de lo que realmente sucede a lo largo y ancho del país.

Un muy buen amigo mío trabaja en una empresa enrolladora de motores en Marianao, tienen un pequeño local donde una decena de personas labora supuestamente para el Estado, quien teóricamente debe abastecerlos de insumos.

Sin embargo, la realidad es que casi nunca les envían el alambre para las bobinas por lo que mi amigo y sus compañeros lo compran en el mercado negro. Con él reparan motores y se reparten entre ellos los beneficios.

En los hechos han transformado una empresa estatal en una cooperativa muy rentable, teniendo en cuenta que no pagan alquiler del local, agua ni luz e incluso la maquinaria que utilizan se la dieron de forma gratuita.

El Estado responde con inspectores pero estos son comprados por los infractores con lo que ya se hace necesario crear nuevos cuerpos de inspectores para descubrir a los inspectores corruptos.

El nuevo gobierno de Raúl Castro no parece tener muchas opciones, seguir luchando contra la corriente o aceptar el país que está naciendo solo y tratar de encausarlo, ordenarlo y orientarlo hacia el beneficio colectivo mediante licencias, impuestos y otros gravámenes.

Al fin y al cabo, si el Estado decidiera legalizar otras formas de propiedad, solo sería un ejercicio de realismo porque cualquiera puede comprobar que en muchos sectores los medios de producción ya están cambiando de dueño.
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Si quiere conocer más de la vida en la isla, lo invitamos también a que vea y escuche , un recorrido por las provincias de Granma, Camagüey, Villa Clara, Matanzas y Pinar del Río, con el que tratamos de componer un pequeño mosaico de la vida en Cuba. (Haga clic en el título de la miniserie para ingresar).
 
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